IX

Quizás el verdadero amor sea una decisión; La decisión de jugártela por alguien, de entregarte a alguien sin pensar si te va a corresponder o si te va a hacer daño, o si será el amor de tu vida. Quizás el amor no es algo que te ocurre, quizás sea algo que tú escoges.

jueves, 2 de abril de 2015

Mi sentido común ©

Esta noche he vuelto a casa y estaba esperándome mi sentido común para darme un par de hostias. Me ha dado la vuelta de manera brusca pegándome la cara contra la pared fría, me ha agarrado fuerte del pelo y me ha susurrado al oído con rabia lo imbécil que soy. Cuando estaba ya sin aliento y perdiendo la dignidad, me ha recordado que venía sin dignidad antes de entrar por la puerta. Me ha recordado que luchar por las cosas que quieres sí, pero que te tomen el pelo ya no. Que es divertido que te den un poquito de caña para no dormirte pero los escupitajos en la cara son inmorales e inmaduros. Después me ha tirado al suelo, he caído de culo y me he hecho un poco de daño. Le he mirado desde abajo y se ha arrodillado a mi altura para decirme que no puedo mirar a nadie en contrapicado, ni siquiera a él. Se me han humedecido los ojos y es que joder, he reconocido que tiene razón. Me ha mirado intensamente durante 30 segundos, quizá fuera menos pero me ha parecido eterno. He visto en su mirada el reflejo de mi desilusión y se me ha encogido el corazón al recordar. Me he dado cuenta de mi error, he pedido perdón por haberme casi tirado al vacío sin paracaídas y he prometido no volver a suicidarme, mucho menos por amor. Entonces su mirada se ha vuelto más tierna y ha extendido la mano para levantarme. Me he vuelto a refugiar entre sus brazos, y de nuevo al oído me ha susurrado que nunca va a dejarme sola, que siempre volverá para ponerme los pies en el suelo, cada vez que mi imaginación quiera provocar una nueva guerra civil entre venas coronarias. 
Y de nuevo, a base de hostias pero en el suelo. Y todo bien, gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario