IX

Quizás el verdadero amor sea una decisión; La decisión de jugártela por alguien, de entregarte a alguien sin pensar si te va a corresponder o si te va a hacer daño, o si será el amor de tu vida. Quizás el amor no es algo que te ocurre, quizás sea algo que tú escoges.

miércoles, 29 de abril de 2015

ATRÉVETE A SER F E L I Z ♥

Caminar descalzos por casa, pisar la arena húmeda de la playa, lanzarnos bolas de nieve, un mensaje a tiempo, las buenas noches que mejoran un mal día, tu respiración agitada en la comisura de mis labios, gritarte sin miedo que eres lo que quiero, aquí y ahora, sentir que no pasa el tiempo, que estés, no prometernos nada que no podamos cumplir, ir al cine de la mano, una ducha a destiempo, tu sonrisa, tus caricias en mi espalda, la complicidad de conocernos y aún así querernos, compartir una pizza, la paz de tenerte, beber cerveza, el olor a humedad después de una tormenta de verano, conducir cantando a pleno pulmón, esperar tu visita, la ilusión del primer día, y del último, tu mirada, una llamada inesperada, tus fobias, mis miedos, el olor de tu perfume en mi piel, la alegría de verte, las sorpresas, oír de nuevo tu voz, no despedirnos nunca para no decirnos nunca adiós, la manera que tenemos de volver a encontrarnos siempre, la tinta en mi piel, tu caos, quererte sin que duela, soñar siempre bonito, tu pelo alborotado, mirarte mientras duermes, saber que eres lo que quiero, oírtelo decir a tí, esperarnos, los primeros rayos de sol, dormirme a tu lado, despertar junto a tí, que vuelvas, tus abrazos el mejor refugio, compartir lo malo, disfrutar lo bueno, tostadas para desayunar, un partido del Real Madrid en el Bernabeu, sonreir en silencio antes de dormir, no tener más miedo por saberte junto a mí, viajar a París ♥.
 

I promise...

A tí quiero comerte los imposibles,
quiero gritarte que dejes de cerrar los ojos a lo bonito de la vida,
que quiero que sepas que seguiré estando, como siempre
que yo también te extraño,
porque a lo bonito nos acostumbramos rápido.

Quiero comerme el mundo, contigo,
quiero que me abraces mucho y muy fuerte
y quiero pegarle al Destino por no dejarnos tranquilos.

Un día te pedí que me guardaras un hueco,
hoy te lo guardaré yo.
Quiero que me comas los miedos,
que me grites bien claro que lo quieres todo,
por fin.

Quiero que llegue el día en que todo funcione,
sin aviones, ni kilómetros, ni incomunicaciones.
Quiero tenerte siempre encima de mí,
poniéndome el vello de punta,
erizándome la piel,
susurrándome el amor.

Ya te echo de menos y aún no te has ido.

domingo, 26 de abril de 2015

Bon voyage.

Vuelta a empezar.
Odio las despedidas porque soy una mujer de recuerdos que sobrevive guardando los buenos momentos en un frasquito pequeño. Y joder, ha vuelto a pasar.
Estoy otra vez despidiéndome de tí sin ganas, pero de verdad. Cuántos kilómetros van a estar, aunque nunca serán más de los que nos separan ahora. Cuántas noches he cerrado los ojos deseando muy fuerte que fuera un mal sueño, y abrirlos y que estuvieras junto a mí.
Nadie  más que yo habría apostado por tí, ni creo que nadie me alcance. Ojalá algún día te des cuenta de lo que eres para mí y que aún no sea tarde para venir corriendo al aeropuerto a decirme que no me vaya, mientras me dices lo mucho que me has querido siempre. Ojalá no llegues tarde a nuestro último baile que lo habrá, porque, amor, para mí has sido de verdad.
No quiero despedirme porque odio los adioses tanto como te odio a tí cuando te despides de mí. Y no nos hemos ido y ya quiero volver a comerte las ganas y lo demás, y no hay día en que no te piense ni noche en que no te sueñe. Y vuelta a empezar.
Ojalá tú conmigo así, no quiero pensar en lo que pudo ser y no ha sido, solo quiero que vuelvas antes de que mi ombligo deje de echarte de menos y me sonrías, y no digas nada porque no haga falta, porque la cuestión es estar, que no es poco.
Que vuelvas más seguro que nunca, que me tengas claro, sin dudas, con ganas de apostarlo todo aunque vayamos a perderlo. Vuelve cuando haya llegado por fin nuestro momento. No puedo decirlo más claro, amor. Bon voyage.

jueves, 23 de abril de 2015

BENDITAS MUSAS ♥

Las musas vienen mucho a verme de madrugada, cuando los insomnes caminan descalzos, los bala perdida regresan a casa y el amor se quita las espinas una a una entre sollozos y lamentaciones que solo se alivian a lametazos. Que me mata la pena de no tenernos, pero que estás destinado a ser el culpable de mi desvelo, la bala que me atraviesa el alma, la espina que más me abrasa.
Esa historia que no ha sido nada y lo ha sido todo, eso que siempre me hará escribir, el desastre, el caos, la desesperación absoluta de querer algo que no. Esa historia que todos deberían vivir, la del (des)amor más infame la de la sepultura a la luz del sol, el querer y no poder más grande de mi vida.
Se acabaron los juegos de dos donde siempre pierdo yo, he intentado aprender a ganar pero no se me da bien este tira y afloja, siempre hay uno que afloja más, y yo soy muy de aflojar cuando me resquema cerca del estómago. Quisiera haber tenido más esperanza para poder seguir lamiendo las heridas que me provocas cada vez que pones sobre la mesa un pero, pero hoy tengo ya tantos peros detrás que se han ido comiendo mis ganas, las ganas que te he tenido siempre; de despertarme a tu lado, de contarte mil verdades, de ser siempre.
Habría sido bonito ser gigantes y darnos la mano, pero no puedo seguir corriendo detrás de tí si no levanto el medio palmo del suelo. Contigo siempre he volado cerca del asflato, esquivando mil obstáculos para intentar salvar mi morro, he ido con los ojos cerrados muchas veces para no ver el dolor, y aún así he llegado a mi destino, y estoy de pie, quieta, mirando al cielo desde el suelo con una cerveza en la mano. Quiero decírtelo todo pero ya no hay un nosotros.

lunes, 6 de abril de 2015

Lo que es.

Estoy aquí para dejarte claro que no espero que me des nada que no te haya pedido, que no voy a negarte que lo quiero todo pero que puedo vivir muy dignamente sin ello. Para decirte que no quiero que me prometas la luna, ni que pasees agarrándome de la mano, ni me abraces mientras dormimos. Que no quiero presentarte a mis amigas, ni que me des los buenos días. No quiero ningún imposible, ni paseos románticos, ni citas, ni amor.
Estoy aquí para decirte que solo quiero que estés. Que estés pero de verdad, sin dudas. Que no quiero que seas mío pero tampoco te quiero compartir con nadie. Que no quiero que le calientes la cama a otras sino que pienses en mí. No quiero que me ames con locura pero sí que quieras pasar algunos ratos conmigo. No quiero más preocupaciones ni más locuras. Te quiero a tí tal y como eres cuando estás conmigo. Sencillo a la vez que confuso, cálido a la vez que distante. Te quiero igual que antes. Como cuando tardabas media hora en comprar un bocadillo porque te despistabas bebiendo cerveza en la barra del bar, como cuando compartíamos mahou y café a las 8 de la mañana de un viernes, o te desvanecías en el silencio los sábados al alba. Igual que cuando no me contestabas, o me dejabas sin palabras, igual que te quise todas las veces que hice alguna locura por pasar un rato junto a tí.
No me des nada que no te haya pedido, solo un poco de cordura; 

jueves, 2 de abril de 2015

Mi sentido común ©

Esta noche he vuelto a casa y estaba esperándome mi sentido común para darme un par de hostias. Me ha dado la vuelta de manera brusca pegándome la cara contra la pared fría, me ha agarrado fuerte del pelo y me ha susurrado al oído con rabia lo imbécil que soy. Cuando estaba ya sin aliento y perdiendo la dignidad, me ha recordado que venía sin dignidad antes de entrar por la puerta. Me ha recordado que luchar por las cosas que quieres sí, pero que te tomen el pelo ya no. Que es divertido que te den un poquito de caña para no dormirte pero los escupitajos en la cara son inmorales e inmaduros. Después me ha tirado al suelo, he caído de culo y me he hecho un poco de daño. Le he mirado desde abajo y se ha arrodillado a mi altura para decirme que no puedo mirar a nadie en contrapicado, ni siquiera a él. Se me han humedecido los ojos y es que joder, he reconocido que tiene razón. Me ha mirado intensamente durante 30 segundos, quizá fuera menos pero me ha parecido eterno. He visto en su mirada el reflejo de mi desilusión y se me ha encogido el corazón al recordar. Me he dado cuenta de mi error, he pedido perdón por haberme casi tirado al vacío sin paracaídas y he prometido no volver a suicidarme, mucho menos por amor. Entonces su mirada se ha vuelto más tierna y ha extendido la mano para levantarme. Me he vuelto a refugiar entre sus brazos, y de nuevo al oído me ha susurrado que nunca va a dejarme sola, que siempre volverá para ponerme los pies en el suelo, cada vez que mi imaginación quiera provocar una nueva guerra civil entre venas coronarias. 
Y de nuevo, a base de hostias pero en el suelo. Y todo bien, gracias.