Con el tiempo aprendes.

Con el tiempo aprendes a caer y volver a levantarte, cada caída te hace más fuerte y eso, a la larga, es bueno.
Con el tiempo aprendes que en tu vida cometerás muchos errores que al mismo tiempo, te harán aprender a caminar por tí mismo sin tambalearte.
Con el tiempo aprendes que no todo lo que se quiere se consigue, aprendes que ilusionarte, a veces, es la única manera de llevarte decepciones.
Aprendes que el fuego quema, y que el agua, en exceso ahoga. Aprendes a necesitar el aire, y también aprendes que para conseguir lo que uno quiere hace falta luchar con uñas y dientes.
Con el tiempo aprendes a amar y a llorar desconsoladamente por un amargo desamor. Aprendes a decir te quiero y a hacer oídos sordos a los que la gente opine de tí. Aprendes que las heridas, por muy grandes que sean, terminan sanando. Aprendes a taparte con las sábanas de tu cama cuando tienes miedo.
Aprendes que sólo arriesgando se puede llegar a ganar, y también que tu vida es tuya y de nadie más. Aprendes a vivir el día a día, a no pensar en las consencuencias que puedan tener tus actos.
Con el tiempo aprendes que cualquier día es bueno para intentar ser feliz.

#9.

Sólo dime que te espere.

No me importa el tiempo que tenga que esperar, ni la de batallas de las que me tenga que librar en el camino. Nunca te he pedido nada. Un día me senté en esta silla y tomé la decisión de esperarte, y aquí sigo, haciéndolo. He tenido momentos de flaqueo, donde las ganas desaparecían, donde lo único que me rodeaba era una capa de miedo y otra de aburrimiento, he llorado lágrimas que dolían mientras rozaban mi cara, he soñado despierta, me han pasado mil aventuras aquí sentada.
He intentado aprovechar cada minuto que he estado junto a tí, te he abrazado fuerte, intentando que no te escaparas jamás, he intentado parar mi reloj, pero el tuyo seguía andando, tik tak tik tak.
He notado como cada día te alejabas más de mí y le he dado un millón de vueltas a mi cabeza intentando encontrar un por qué. Si, soy de esas que se tumban en la cama preguntándose un por qué...
La valentía es una cualidad de la cual carezco, y gracias a la cual, nunca conseguiré tener mis ansiadas respuestas.
De veras, que no me importa el tiempo que tenga que esperar, sólo dime que lo haga.

#9.

Una realidad.

+ ¿Qué quereis las mujeres? ¡Quereis putos supermanes!
Quereis tipos fuertes pero que tengan tipín, que tengan pinta de atormentados pero que sean graciosos. Os gustan poetas, pero un poco brutos. Quereis que sean constantes pero que sepan sorprenderos, quereis que sean sinceros pero que conserven el misterio, que estén locos por vosotras pero que pasen de vuestro culo. Quereis que sean guapos, pero que la belleza no importe, que tengan un buen rabo pero que el tamaño dé igual.
¡Joder, quereis superhéroes del equilibrismo!
Quereis que tengan la capacidad de abriros el cielo en un momento, pero sólo para vosotras. Quereis que no tengan secretos, pero también que sean como desconocidos para que luego podais sentir las putas hormiguitas en el estómago. ¡Lo queréis todo coño, todo!

~ Básicamente, quiero que me haga sentir que no estoy desaprovechando mi vida porque es muy corta. Quiero que me abra las piernas, no el cielo, y que lo haga todas las noches. Quiero que sepa mentirame, quiero que no me importen sus mentiras porque se deja el alma cuando está conmigo. Quiero que sea generoso porque puede, no por obligación. Quiero que tenga sangre en las venas. Quiero que me grite lo puta que soy cuando le abandone, quiero que le dé igual lo que yo haga cuando no esté con él porque sabe que no voy a encontrar a nadie mejor. Quiero que me tiemblen las rodillas cuando me agarre la nuca. Quiero que la tenga bien grande, y que el tamaño sí importe.

+ Lo que yo decía, superhéroes...

Sería bonito.

He de decir tantas y tantas cosas... Quiero decirlas, debo hacerlo, sólo el miedo se interpone entre las ganas y el momento idóneo. El miedo, ese del que tanto hablamos.
No sé si el amor conlleva tener un poquito de miedo, o si, teniendo miedo, destruyo la parte bonita del amor.
Sea como sea, a mi me persigue. No sé si me persigue él a mi, o soy yo la que va detrás.

Sería bonito un final feliz para el cuento. Los finales bonitos son siempre los más reclamados y aclamados. Aunque hay momentos, en que por muy bonito que fuese, la felicidad está lejos, tan lejos que tu mirada no abarca el espacio suficiente para verla.

Podríamos hacerlo todo más sencillo, ambos sabemos cómo, pero lo sencillo no nos atrae lo suficiente, preferimos morir lentamente en silencio, desde la distancia. Desde el 'él no me quiere' y el 'ella no me quiere', desde la ignorancia que supone el no preguntarle, desde la inocencia del fiarse de lo que uno intuye, imagina o supone.

¿Y porqué no hablamos de lo bonito que es descubrir una llamada suya, justo en el momento en el que piensas en él, y escribes en un blog, todas las cosas que no le dices personalmente?
Son esos detalles los que te hacen estar más cerca de la felicidad a la que me referí antes.

#9.

Lo poco que sé de la vida.

Lo poco que sé de la vida, está en los libros que nunca leo y en las líneas que no escribí.

Lo poco que sé de la vida se cuenta tomando un café, se entiende tomando una copa, y se olvida tomando dos.

Entre lo poco que sé de la vida, te diré, que nada vale sin alguien que te haga ser incoherente. Que un euro se ahorra y un polvo se pierde. Ni flores, ni velas, ni luz de luna... éste es el verdadero romanticismo: alguien que llegue y te empuje a hacer cosas de las que jamás te creíste capaz, y arrase de un plumazo con todos tus principios, tus valores, tus 'yo nunca', tus 'yo qué va'...

Ojalá amemos mucho y bueno, incluso a riesgo de no ser correspondidos.
#9.

LA VIDA .

Malas rachas tiene todo el mundo, problemas, ganas de que todo termine. Pero la verdad es que lamentándote no arreglas nada, no consigues afrontar todos tus problemas, somos humanos, no somos perfectos y tenemos nuestros dias de bajón. Pero nuestras vidas son como una partida de parchís: sales de casa, te diviertes, avanzas pero siempre hay alguien o algo que te acaba comiendo y tienes que volver a empezar desde cero. Pero en eso consiste, en no rendirse nunca, en volver a empezar siempre.

Pensamientos nocturnos. II

Aunque reconozco que hay momentos en los que me paro, y pienso, si realmente todo esto ha merecido la pena.
El dolor, las noches de alegría, las mañanas de lloriqueos, y me acostaba sonriendo en silencio, y miraba el teléfono esperando tu llamada, y sonaba, y mis ojos brillaban y una gran sonrisa se dibujaba en mi cara. Pero la cruz de ésta moneda también existió, la de noches que he vuelto sola a casa, la de mañanas que he sobrevivido con mi desilusión, me he enamorado y me he desencantado, he reído y he llorado. Sé que esta historia ha sido especial, que los dos así la hemos construído.
Me he alegrado por tí, siempre, y no he tenido ningún resquicio de duda sobre mis ganas de conseguir un final feliz para todo ésto. Cuando los ojos por fin se te abren, y ves todo lo que hay a tu alrededor... Es en ese mismo instante cuando ves lo idiota que has sido, la de pocas cosas que has conseguido, el dolor que has sentido... Una pena que no haya surgido el destino como querías, podría haber sido bonito.
En su defecto toca... Volver a empezar.