IX

Quizás el verdadero amor sea una decisión; La decisión de jugártela por alguien, de entregarte a alguien sin pensar si te va a corresponder o si te va a hacer daño, o si será el amor de tu vida. Quizás el amor no es algo que te ocurre, quizás sea algo que tú escoges.

sábado, 30 de noviembre de 2013

Vuelta a empezar.

Y entonces llega el frío y el puto invierno y tú estás sola. Te has quedado atrás. Ya no hay nadie que te recoja, te dé calor y te proteja. Y es culpa tuya. Por refugiarte en los brazos de alguien, cuando sabes que no debías fiarte ni de tu propia sombra.
Te habían dado palos hasta en el carnet de identidad, y te habías hecho tan fuerte que las heridas ya no dolían apenas. Sin embargo...
Por qué habrás nacido con esa gotita de bondad dentro de tí. Al final, hasta el diamante más duro del mundo necesita también un poco de amor. ¿Amor? Menuda palabreja mala, malísima.
Había crecido, me había sentido por fin mayor. Tenía en mi cabeza tantos planes... Juro por Dios que pensaba que saldrían bien. Y entonces vuelvo a ser la ingenua de siempre.

Ya no recordaba lo que dolía cuando sientes cómo se rompe el corazón en pedazos. La angustia que se pone aquí en el pecho cuando no puedes hacer nada de lo que quisieras.
Había pensado que quizás esta vez sí saliese bien, que por fin íbamos a ser felices, queriéndonos. Pero no.
Lo único que sé es que las palabras sobran cuando ya han perdido su momento.
Y ahora, vuelta a empezar. Pijama caliente, sofá, clenex, películas con las que desahogarte hasta quedarte seca. El asco más grande que puedes sentir por tí misma. Esperar que el tiempo vuelva a hacer su trabajo, vuelva a curar las heridas, a dejar de dolerte. No hablar de él, ni con él.

¿Acaso sabía mi pequeño que lo que necesitaría estos Reyes es un poquito de amor?