IX

Quizás el verdadero amor sea una decisión; La decisión de jugártela por alguien, de entregarte a alguien sin pensar si te va a corresponder o si te va a hacer daño, o si será el amor de tu vida. Quizás el amor no es algo que te ocurre, quizás sea algo que tú escoges.

lunes, 30 de enero de 2012

Habían pasado muchos años y todavía, a veces, se preguntaba qué le había llevado a enamorarse de él. No había ninguna respuesta lógica. En estos casos, nunca las hay.
El amor es un sentimiento extraño, una locura que une a los seres más dispares.
Todo se resumía en una frase sencilla: "Ella se enamoró de él y él se enamoró de ella".

A una vida sin sueños, apenas se le puede llamar vida.

Cuando las ganas pueden más que los intentos de quererle olvidar.
Cuando ser feliz se reduce a cualquier alegría por pequeña que sea.
Hay un momento en que el nada pasa a ser el todo. Cuando sus manos se ven lejos pero una ligera sonrisa hace que tu vida sea un poco más intensa.
Cuando te das cuenta, que por mucho que pase el tiempo, que por muchos kilómetros que haya entre los dos, ese algo que siempre hubo no va a desaparecer. Ese pequeño instante en que sabes, que pese a que la razón no entienda de locuras, es el corazón quien te domina.

No hablo de vivir de los recuerdos, pero sí de seguir manteniéndolos vivos. Porque hay recuerdos que nunca deberían desaparecer de nuestra memoria. Recuerdos que bailan por sí solos. Recuerdos que te hacen sentir fuerte cuando todo a tu alrededor se cae. Recuerdos que te permiten seguir adelante y soñar, con que algún día se vuelvan a repetir.
Porque, señores, a una vida sin sueños, apenas se le puede llamar vida.

miércoles, 25 de enero de 2012

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When laying with you I could stay there, close my eyes, feel you here forever, you and me together, nothing is better...

jueves, 5 de enero de 2012

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Lo peor de todo es que aún habiendo estropeado lo que podía haber sido bonito, sigue recordándome. Y que piense en mí cuando me canso de él, de sus tonterías. Igual que le recuerdo yo cuando él decide estar ocupado. Y que pasen los meses, y día tras días ver como la ilusión se apaga, y querer que eso no ocurra y no encontrar ni un pequeño porqué que te dé razones... Y llega el día en el que lo ves todo más claro, pero el que llega es él, dándole vueltas a todo. Mirando con esos ojos que guardan todo, queriendo volver a rozarte con sus manos una noche más. Pero tu orgullo puede más. Te cansas de volver una y otra vez al mismo punto. Y entonces sabes que ha llegado el momento de terminarlo todo. Y es una pena, de veras que lo es... Pero hay cosas en esta vida, que es mejor no intentar cambiar.