IX

Quizás el verdadero amor sea una decisión; La decisión de jugártela por alguien, de entregarte a alguien sin pensar si te va a corresponder o si te va a hacer daño, o si será el amor de tu vida. Quizás el amor no es algo que te ocurre, quizás sea algo que tú escoges.

miércoles, 14 de mayo de 2014

Pequeños (grandes) placeres de la vida.

Sonreír estando en silencio, escuchar música con los ojos cerrados, mirar al cielo, ponerle formas a las nubes, el olor del perfume de esa persona, escuchar una canción y recordar justo aquel momento...
Conducir mientras llueve, que se esa persona ponga su mano en rodilla, un abrazo, el olor a humedad después de una tormenta de verano, pasar las hojas del calendario, el cosquilleo de los cinco minutos anteriores a una primera cita, encontrar nuevos huecos fríos entre las sábanas de mi cama.
Un beso en el cuello, recibir un mensaje inesperado, el olor a libro nuevo, que se te rompa el piquito del cucurucho del helado, arrascarse un ojo cuando más te pica, un orgasmo. Pensar metido en la cama, las manos de un abuelo, los sugus azules. 
Llorar de risa, comer los lacasitos por colores, el olor de las manos recién lavadas. Pasar una noche con él y descubrir horas después que hueles a él. Mirar el mar, el día antes de un viaje. Mirar por la ventana la lluvia mientras estás en casa calentito. Las campanadas de Noche Vieja. Mirarle sin que te vea, los primeros copos de nieve del invierno, cruzarte con él por la calle. 
Que te susurre al oído te quiero, un baño de agua caliente con espuma, el primer día que te pones chanclas del verano, el sol, mirar las estrellas, ver cómo pasa el tiempo del reloj, darte cuenta de que esa persona también está enamorado de tí. La primera vez que hacéis el amor.
Comer los hielos del café, ver cómo los niños juegan a lo que jugabas tú, aprobar un exámen, pasear cogidos de la mano, intercambiar el bocado de un bocadillo, rascarse una picadura, pasar un domingo en pijama, una carta escrita a mano, hablar con una persona que hacía tiempo que no veías, ver cómo se derrite una vela, bañarse en el mar...
Ver la luna desde tu ventana, brindar con champán, soplar las velas de la tarta de cumpleaños, escuchar música mientras viajas, la última frase de un libro, una corriente de aire frío en un día caluroso, una ducha fría después de hacer deporte, tatuarte, los fuegos artificiales.
Los dibujos de un niño, contar anécdotas, besar lentamente, hacer pompas con un chicle, lamer la tapa de los yogures, pisar hojas secas, el viento del otoño, el olor a coche nuevo, pisar solo la zona blanca de los pasos de cebra, ver cómo se disuelve una pastilla efervescente.
Oír hablar a alguien extranjero, mirar el fuego, volver a comerte un frigopié, montar en avión.
Sus manos.

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