IX

Quizás el verdadero amor sea una decisión; La decisión de jugártela por alguien, de entregarte a alguien sin pensar si te va a corresponder o si te va a hacer daño, o si será el amor de tu vida. Quizás el amor no es algo que te ocurre, quizás sea algo que tú escoges.

martes, 27 de marzo de 2012

De amor.

Calmaba las ganas de fundirme con él, mientras bebía un sorbo de un café amargo que se escondía tras una buena dosis de azúcar para amenizar.
Sus dedos ardían en llamas, lo que provocaría que mi cuerpo se derritiese como una vela, lentamente... lentamente hasta llegar a consumirme.

A veces miras a los ojos a una persona, y sabes que te hará tanto daño que querrás desaparecer para siempre, que desearás que la tierra te trague... Y aún así, quizás no puedas remediar las palpitaciones que te vuelven loca.
Mirar detenidamente cada detalle de su cuerpo, por pequeño que sea. Conocerlo todo de él. Conocerle incluso mejor que él a sí mismo.

Esconder toda tu sabiduría detrás de un velo de despreocupación. Dar a entender que no te importa ni lo más mínimo lo que le ocurra. Mostrar tanta indiferencia que llegue a saber lo que es la maldad.
Piensas que quizás si te comportas como la bestia, no sufrirás, al menos, por esta vez.
Te equivocas.
Hay errores en la vida que tienen nombre y apellidos, pero los mayores errores son los que no se ven. Porque no hay mayor error que perder habiéndote inventado un Yo que nunca ha existido y recordarte a tí misma el resto de tu vida que, quizás, si hubieses sido tú misma, seguirías observándole mientras duerme, derritiéndote como una vela, suspirando de engaños y desengaños, de amor.

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