Querer explicar con palabras lo que el corazón siente. Imposible.
Cuando llega el final y comprendes, que lo malo ya no tiene importancia. Cuando solo piensas en lo bueno que te ha dado: a mí, la vida. Cuando no logras pensar en otra cosa que no sea él. Querer cambiar un millón de momentos. Haber estado más unidos, haber dado más el brazo a torcer... Las relaciones no son fáciles y al final, lo que importa es haberlas vivido.
Tantos te quieros que nunca se dijeron. O sí...
Llegará el día en que me despierte y me conciencie por fin, de que ya no estará? De que no llegaré con la maleta a darle besos, de que no llegaré de compras con mil bolsas y le enseñaré todos los modelitos... Que estupideces fueron y que importantes se vuelven después.
Pero vale más así. Con no sufrir me basta. Y es que ahora está del lado de los buenos, esperándonos mientras toma un vino, o dos. Y como dice mi pequeño: está en el cielo con las estrellas.
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